Jean François Revel fue un filósofo francés que vivió en la parte central del siglo XX y que adquirió justa fama por oponerse a los totalitarismos de toda condición. A los de derechas y a los de izquierdas. Y lo hizo cuando buena parte de sus compatriotas intelectuales franceses celebraban alegremente las supuestas bondades del comunismo soviético. Revel fue un filósofo agnóstico, cartesiano, miembro destacado de ese pensamiento ilustrado, culto, bien formado que hace de la razón su principal referencia y que tiene en Francia un asilo permanente. Tuvo un hijo que siguió su trayectoria. Matthieu Ricard se dedicó, no a la filosofía racionalista como su padre, sino a la biología molecular. Optó por una visión científica y mecanicista que le llevó a ser un miembro destacado del Instituto Pasteur de investigación durante buena parte de su vida. Hizo un primer viaje al Tibet en 1967. Regresó, acabó su tesis doctoral sobre genética molecular y volvió al Tibet en 1972. Tras ese segundo viaje colgó la bata del científico y adoptó la túnica del monje. Hay un libro extraordinario que os recomiendo: "El monje y el filósofo". El libro reproduce una larga conversación entre ambos: el padre, filósofo racionalista y agnóstico destacado, y el hijo, monje budista, espiritual y buscador incansable de la felicidad . El libro rezuma respeto, cordialidad y cariño entre ambos y  aborda con desapasionamiento ese irresoluble encuentro entre razón y fe, entre cerebro y corazón, entre pensamiento y emoción. Un lujo. 

En esta segunda entrada del "cajón de sastre" podréis ver la conferencia que Matthieu Ricard pronunció en febrero de 2004 en Monterrey. Podéis ponerle subtítulos en castellano. Espero que os resulte de interés.

Un saludo muy cordial. Seguimos.

Chema Solera

Última modificación: lunes, 8 de abril de 2019, 14:42