practicando el agradecimiento
La gratitud es muy importante. Para quien la recibe pero también para quien la ofrece. Practicar la gratitud es una forma muy importante de vivir emociones positivas y, por ello, de incrementar y mejorar nuestra inteligencia emocional. Os animo a llevar a cabo esta práctica que podéis escalonar en los siguientes tres niveles:
Primer nivel: escribir cada día al menos tres cosas por las que os sintáis agradecidos. Aún más importante que nombrarlas es visualizarlas e intentar experimentar, con la ayuda del recuerdo, la emoción que sentisteis cuando las describís. Si escribís “estoy agradecido por tener a mis padres a mi lado” debes verlos en la imaginación cuando escribes la palabra “padres”. Si celebras el tener una buena amistad con una amiga, debes pensar en ella cuando lo dices, en los detalles de su cara, en sus gestos concretos, en su forma de vestir…
Segundo nivel: practicar y compartir esa misma gratitud aprovechando las redes sociales. El experimento lo tenéis Aquí muy bien explicado. Si tienes la idea clara piensa que no es preciso darse de alta en página alguna ni subir la foto a ningún sitio. Basta con hacerla y guardarla. Si te animas, te sorprenderán los resultados y te alegrará mucho volver sobre esas fotos pasado algún tiempo. Hablo por experiencia propia.
Tercer nivel: cuando hayas practicado esas actividades de agradecimiento, te propongo que subas un escalón más y te animes a hacer lo siguiente: escoge a una persona importante de tu pasado que haya marcado una gran diferencia positiva en tu vida y a la que nunca le hayas expresado tu gratitud. Escribe un testimonio lo suficientemente largo como para llenar una página. Tómate tu tiempo para redactarlo. Como es lógico, el aprecio y la gratitud han de ser sinceros. Habla en la carta de las situaciones concretas que motivan tu gratitud, de las circunstancias en las que ésta se produjo, describe con detalle la intervención de esa persona en tu vida, en qué sentido su ejemplo o sus palabras te influyeron, explica por qué esa relación fue importante para ti así como el placer que su recuerdo te produce, enumera los sentimientos compartidos, las situaciones vividas, los recuerdos que todo eso dejó en ti. Explícale por qué su relación contigo te ha hecho mejor. Cuando lo tengas hecho y esté completamente a tu gusto, invita a esa persona a tu casa o ve tú hasta donde ella viva. Es importante que le expreses tu agradecimiento en persona. No debes hacerlo ni por escrito ni por teléfono. No debes avisar a esa persona acerca del motivo de tu visita. Basta un sencillo “quiero verte”. No es necesario que le lleves ningún regalo. Cuando llegue el momento adecuado, lee tu testimonio lentamente, sin prisas, hazlo de forma expresiva, poniendo todo tu sentimiento en la lectura y sintiendo que lo que estás leyendo sale de lo más hondo y puro de tu corazón. Mantén el contacto visual con tu interlocutor. Cuando hayas terminado deja que responda sin prisas lo que desee. Entonces, podéis recordar juntos los acontecimientos concretos por los cuales esa persona ha sido importante para ti y las circunstancias que rodearon el momento y el motivo por el que has deseado expresar tu agradecimiento.
Martín Seligman, habla de esta actividad en su libro “La auténtica felicidad” . No he llegado a ponerlo en la bibliografía pero es uno de los textos más importantes de psicología positiva de todos cuantos podemos leer en castellano. Os gustará.
Para aquellos de vosotros que leáis inglés, os dejo este link a los experimentos que Robert Emmons y Mike McCullough llevaron a cabo sobre este tema y en los que demostraron los poderosos y positivos efectos que tiene esta práctica para las dos partes implicadas.
Una última cosa: mi experiencia personal y la de quienes, en talleres similares, han hecho esta práctica y la han compartido, me lleva a deciros que si sois capaces de superar la dificultad de la tarea (que la tiene y mucha) la recompensa que obtendréis superará con mucho el esfuerzo realizado. Mis mejores ánimos.
Abrazo cordial. Seguimos.
Chema Solera