Como quiera que estas entradas están teniendo un sesgo demasiado audiovisual (en perfecta consonancia con el mundo en el que vivimos) subo ésta para compensar un poco y equilibrar en la medida de lo posible palabra e imagen.

Al lío: Mark Twain lo dijo muy bien: "no arrojen sus hábitos alegremente por la ventana. Invítenlos a bajar suavemente por las escaleras".

Os propongo el siguiente experimento para que comprendáis la dificultad que todo cambio implica y lo muy enraizadas que tenemos algunas inercias.

Imaginad que os encontráis caminando por la terminal de un aeropuerto. En vuestro avance pasáis, sin solución de continuidad, de una superficie fija a otra, e incluso sois capaces de pasar, sin el menor problema, de una superficie fija a otra móvil usando las rampas y cintas mecánicas que el organismo regulador del aeropuerto ha puesto a vuestra disposición para hacer más cómodo y rápido vuestro tránsito. De hecho, sois capaces de hacer esa compleja transición sin prestarle atención alguna, mientras mantenéis una animada conversación o consultáis el reloj para ver cómo vais de tiempo.

Pues bien, en ese hipotético camino os dáis cuenta de que la siguiente rampa móvil por la que vais a pasar está averiada y que, por ello, se ha convertido en una superficie fija más. ¿Sois capaces de pasar con facilidad de la superficie fija en la que os encuentráis en ese momento a la superficie no menos fija de la rampa móvil averiada? La respuesta es... NO. ¿Por qué? Muy sencillo: porque habéis aprendido e interiorizado toda una suerte de pequeños ajustes musculares y posturales que hacían sencillísimo ese tránsito en el pasado, cuando el paso era de una superficie fija a otra móvil. Ahora, aunque sabéis  que la rampa no se mueve y anticipáis correctamente lo que va a ocurrir, sois incapaces de reprogramar todos esos finísimos ajustes, lo que os acaba produciendo un pequeño desequilibrio que por más que lo intentéis no podréis evitar.

Aprender es difícil. Desaprender todavía lo es más.

Cualquier cambio que queráis llevar a cabo (y el de mejorar vuestra IE es uno de ellos) ha de identificar y tener en cuenta primero los aprendizajes y hábitos adquiridos a lo largo de muchos años. Respetarlos y, como decía el escritor norteamericano, invitarlos a descender amablemente por las escaleras. Cualquier intento de arrojarlos alegremente por la ventana de un día para otro está condenado al más sonoro de los fracasos. Tenedlo en cuenta. Eso os hará más pacientes, más perseverantes, más tenaces... cualidades sin las cuales cualquier cambio personal está condenado al más rotundo de los fracasos.

El primero que pruebe lo de la cinta transportadora que lo suba al foro. Y si el curso ya está cerrado que me ponga dos letras.

Un abrazo muy cordial a todos.

Chema Solera.

Última modificación: domingo, 5 de mayo de 2019, 13:41